"Nunca es demasiado tarde para tener la osadía de lograr lo que deseas, de empezar de nuevo y encaminarte en una nueva aventura. Recuerda que el cielo es el limite..."
Nuestra vida, a lo que llamamos sociedad, nos sitúa en un momento determinado de la historia, en un lugar concreto del mundo, en unas circunstancias y condiciones ya marcadas. Y naces adaptándote y sobrevives sellado a esas normas y reglas. A todas esas etiquetas que se han ido creando, fijando. Pero tenemos algo más como seres humanos, y es esa capacidad de poder llegar a ver solo un poquito más allá. De explorar a través de la observación y los pensamientos, de la razón, que lo establecido por la sociedad puede no ser lo correcto, que una determinación como el lugar y el momento concreto de la vida de un ser humano significa todo y a la vez no significa nada. Sea cual sea el caso, la esencia está en saber encontrar luz. Luz en la oscuridad, en el racismo, en la violencia, en las malas experiencias, en todo lo que no te deja ser, estar en paz contigo mismo. Decía Ghandi que, "La persona que no este en paz consigo misma, sera una persona en guerra con el m
"O logras ser feliz con poco, y liviano de equipaje, porque la felicidad está dentro tuyo, o no logras nada. Esto no es una apología de la pobreza, esto es una apología de la sobriedad. Pero como hemos inventado una sociedad de consumo, consumista, y la economía tiene que crecer, porque si no crece es una tragedia, inventamos una montaña de consumo superfluo, y hay que tirar, y vivir comprando y tirando... Y lo que estamos gastando es tiempo de vida. Porque cuando yo compro algo, o tu, no lo compras con plata, lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata, pero con esta diferencia, la única cosa que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta. Es miserable gastar la vida para perder libertad."
Era el mejor de los tiempos. Era el peor de los tiempos. La edad de la sabiduría, y también de la locura. La época de las creencias, y de la incredulidad. La era de la luz, y de las tinieblas. La primavera de la esperanza, y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada. Caminábamos derechos al cielo, y nos extraviábamos por el camino opuesto.
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